Al menos yo tengo clarísimo que Alonso ha ganado el Premio Príncipe de Asturias por dos motivos mayormente:
1. Por estar de moda
2. Por ser asturiano
Porque por méritos propios va a ser que no. Por méritos propios podría haber ganado Yelena Isinbayeva (con dieciocho récords mundiales en salto de pértiga), Ángel Nieto (el doce más una veces campeón del mundo de motociclismo), André Agassi (que lleva veinte años en la élite del Tenis mundial y ganándolo todo) o incluso Carlos Sainz (dos veces campeón del mundo de Rallys). Pero Alonso, que aún no ha ganado nada de nada...
Vale que Alonso está a punto de conseguir algo hasta ahora impensable para el deporte español, como es ganar un mundial de Fórmula 1. Pero es que es eso, está a punto de conseguirlo, aun no ha conseguido nada. Ya hubiera tenido tiempo de conseguir el Premio Príncipes de Asturias dentro de unos años y con unos cuantos títulos mundiales (que seguro que los conseguirá) en las vitrinas de la casa de sus padres, y entonces nadie podría protestar y a nadie le parecería sospechoso.
Además, para ganarlo Alonso, pues que lo hubiera ganado otro jóven prodigio de nuestro deporte, mi paisano Rafael Nadal, que también estaba nominado y que este año lo está ganando absolutamente todo y está batiendo todos los récords habidos y por haber en el tenis profesional. Pero claro, Nadal es mallorquín, no asturiano.
Joder, vaya post más rancio me está saliendo, que parece que le profeso un odio iracundo a Fernando Alonso. Pero que va, todo lo contrario, que yo formo parte de los seis millones de personas que contribuímos al enriquecimiento de Telaínco permaneciendo pegados al televisor todo el mediodía de los domingos que hay Gran Premio y con el corazón en un puño y vibrando de emoción porque nuestro pequeño asturiano logre otra Pole u otra victoria. Si no estoy diciendo que no se lo merezca, solo digo que desde mi punto de vista otros nominados al galardón han hecho infinitamente más méritos que él para alzarse con el premio.
Lo que pasa es que a mi entender el tufo a tongo que echa la elección del asturiano para lo único que sirve es para desprestigiar los Premios Príncipe de Asturias, un premio que en teoría tendría que recompensar toda una carrera de dedicación al deporte, de éxitos y de ejemplo para la sociedad.
En fin, que echa el mismo tufo que ya echaba en el 2002 cuando el galardón se lo llevó la Selección Brasileña de Fútbol, en el año en que el Real Madrid (también nominado ese año), el club de fútbol más laureado de todos los tiempos, celebraba su centenario. Y creo que todos conocemos los motivos de la designación de Brasil (o la no designación del Real Madrid). O nos los imaginamos.