Ups, que se me olvidó decir que ya estoy aquí, de vuelta en casa. Que claro, vosotros no lo sabéis (entre otras cosas porque no lo había dicho...) pero me he pasado casi dos semanas en tierras barceloninas (y si de mi hubiera o hubiese dependido habrían sido muuuuuchos días más, peeeeeero uno tiene una serie de deberes y obligaciones con los que ha de cumplir, como Dios manda). Así que aquí estoy, de vuelta de todo y retornando a la cruda realidad, que como no es agradable en demasía (por asuntos varios que no es necesario nombrar aquí) la vamos a obviar y nos centraremos en los periplos (tanto própios como ajenos) de la ciudad condal.
Llegué a Barcelona el día 2 cual tifón del Pacífico Asiático, y además literalmente. Fue llegar al piso de las catalanas (Irene, María "Fideu", Magdalena "Mc" y María "Magraneta") y dejar el barrio (Poble Sec) sin luz. Qué mal rollo, mal empezábamos... Pero nada, al final sólo eran falsas premoniciones. La luz volvió en un plis y nos fuimos a dar una vuelta por la UB (salgo de una universidad y me meto en otra... será posible... lo mío es vicio). El primer día importante era el sábado, el día de Las Guapas (el bar folklórico de Antonia). Esa noche nos juntamos una jartá de personas (doce o trece), los habituales (como las catalanas, Paula y Chus) más algunas caras nuevas (caras nuevas para mi, claro) para cenar y luego salir de marcha por Les Infants, como viene siendo tradición. Elegir los manjares fue cosa fácil, salvo por algún pequeño conflicto intercomensal provocado por los caracoles con alioli y la morcilla de cebolla, pero al final Chus, Paula y mi menda nos salimos con la nuestra echándole cara (y estómago) al asunto. Después de la cena (en la que no faltaron las fotos típicas) vinieron los cubatillas y el "Jo Mai" ,una especie de juego de la verdad bastante peligroso porque siempre acaba derivando en un interrogatorio sexual de impredecibles magnitudes (nuestra afición por este juego es tal que casi nos sabemos mejor las vidas sexuales de los demás que la tabla de multiplicar del uno). Creo que fue después de ese momento cuando a algunas personas le entraron inquietudes pecaminosas, ahí lo dejo. Y después de fotografiarnos, como de costumbre, con la mismísima Antonia de España y "La Gitana", pusimos rumbo fijo hacia Les Infants, a continuar embriagándonos (unos) y a enamorar a jovencitos (otras). Mejor me ahorro el contar cómo llegamos a casa, tanto el estado en que lo hicimos como las circustancias ^.^
El domingo creo que lo dedicamos casi en exclusiva al vicio del Uno, que acabaría conviertiéndose en nuestro pasatiempos favorito a la hora de cubrir las horas vacías (e incluso las llenas). Los demás días (y noches, ejem) también fuerno geniales. Fuimos de paseo, de excursión, de cenas, de comidas, de burriquines, al Fnac, de compras. Total, una ruina. También visitamos el Parc Güell (Irene, Paula y el menda lerenda, aunque fuimos tan hábiles que cuando llegamos ya era de noche), el Cosmo Caixa (una especie de parque de las ciencias) y la Pedrera de Gaudí, entre otros. También hicimos un intento de visitar el Caixa Fórum, pero tuvimos que cesar en nuestro empeño porque la intrépida Irene se empeñó en prácticar el submarinismo sin oxígeno en los charcos de la Plaza España y tuvimos que volver a casa para que la aventurera no cogiera una pulmonía aguda.
El último viernes nos fuimos a cenar a un restaurante argentino super chic de la muerte y de copas al Raval, al Marsella; y el sábado aproveché para comprar los regalos fraternales de navidad. La pena fue el domingo, el día triste, el de las despedidas. Aunque por poco tiempo, que en navidades, osea en nada y menos, ya las tengo aquí a las catalanas (oeoeoeoeoe), y a mi hermana, que vuelve a casa por navidad (con amiga suiza incluída).
PD: gracias catalanas por soportarme estas (casi) dos semanas! A ver cuando nos echamos otro uno (pero con puntos). Un besazo enorme para todas! Nos vemos la semana que vieneeeeee uooooooooo
PD2: y justamente los mismos días que yo me iba a Barcelona, el gran Quim venía a Palma desde Menorca. Y justamente cuando llego yo, David se va también dos semanas a Barcelona. Malditas coincidencias. Almenos podremos coincidir todos en nochevieja. Un milagro casi.
Ale, y ahora a estudiar...
Llegué a Barcelona el día 2 cual tifón del Pacífico Asiático, y además literalmente. Fue llegar al piso de las catalanas (Irene, María "Fideu", Magdalena "Mc" y María "Magraneta") y dejar el barrio (Poble Sec) sin luz. Qué mal rollo, mal empezábamos... Pero nada, al final sólo eran falsas premoniciones. La luz volvió en un plis y nos fuimos a dar una vuelta por la UB (salgo de una universidad y me meto en otra... será posible... lo mío es vicio). El primer día importante era el sábado, el día de Las Guapas (el bar folklórico de Antonia). Esa noche nos juntamos una jartá de personas (doce o trece), los habituales (como las catalanas, Paula y Chus) más algunas caras nuevas (caras nuevas para mi, claro) para cenar y luego salir de marcha por Les Infants, como viene siendo tradición. Elegir los manjares fue cosa fácil, salvo por algún pequeño conflicto intercomensal provocado por los caracoles con alioli y la morcilla de cebolla, pero al final Chus, Paula y mi menda nos salimos con la nuestra echándole cara (y estómago) al asunto. Después de la cena (en la que no faltaron las fotos típicas) vinieron los cubatillas y el "Jo Mai" ,una especie de juego de la verdad bastante peligroso porque siempre acaba derivando en un interrogatorio sexual de impredecibles magnitudes (nuestra afición por este juego es tal que casi nos sabemos mejor las vidas sexuales de los demás que la tabla de multiplicar del uno). Creo que fue después de ese momento cuando a algunas personas le entraron inquietudes pecaminosas, ahí lo dejo. Y después de fotografiarnos, como de costumbre, con la mismísima Antonia de España y "La Gitana", pusimos rumbo fijo hacia Les Infants, a continuar embriagándonos (unos) y a enamorar a jovencitos (otras). Mejor me ahorro el contar cómo llegamos a casa, tanto el estado en que lo hicimos como las circustancias ^.^
El domingo creo que lo dedicamos casi en exclusiva al vicio del Uno, que acabaría conviertiéndose en nuestro pasatiempos favorito a la hora de cubrir las horas vacías (e incluso las llenas). Los demás días (y noches, ejem) también fuerno geniales. Fuimos de paseo, de excursión, de cenas, de comidas, de burriquines, al Fnac, de compras. Total, una ruina. También visitamos el Parc Güell (Irene, Paula y el menda lerenda, aunque fuimos tan hábiles que cuando llegamos ya era de noche), el Cosmo Caixa (una especie de parque de las ciencias) y la Pedrera de Gaudí, entre otros. También hicimos un intento de visitar el Caixa Fórum, pero tuvimos que cesar en nuestro empeño porque la intrépida Irene se empeñó en prácticar el submarinismo sin oxígeno en los charcos de la Plaza España y tuvimos que volver a casa para que la aventurera no cogiera una pulmonía aguda.
El último viernes nos fuimos a cenar a un restaurante argentino super chic de la muerte y de copas al Raval, al Marsella; y el sábado aproveché para comprar los regalos fraternales de navidad. La pena fue el domingo, el día triste, el de las despedidas. Aunque por poco tiempo, que en navidades, osea en nada y menos, ya las tengo aquí a las catalanas (oeoeoeoeoe), y a mi hermana, que vuelve a casa por navidad (con amiga suiza incluída).
PD: gracias catalanas por soportarme estas (casi) dos semanas! A ver cuando nos echamos otro uno (pero con puntos). Un besazo enorme para todas! Nos vemos la semana que vieneeeeee uooooooooo
PD2: y justamente los mismos días que yo me iba a Barcelona, el gran Quim venía a Palma desde Menorca. Y justamente cuando llego yo, David se va también dos semanas a Barcelona. Malditas coincidencias. Almenos podremos coincidir todos en nochevieja. Un milagro casi.
Ale, y ahora a estudiar...
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