En los altavoces: Camera Obscura - Keep it clean
Ya estoy aquí, no pensarse que me había dado a la fuga o que me habían raptado (mal negocio inclusive, a saber quién iba a pagar por mi rescate y cuánto... dúdolo, dúdolo).
Y como en tooodo este tiempo he hecho muuuchas cosas, voy a intentar explicarlas reduciendo el resumen al mínimo exponente, como en clase de matemáticas de segundo de BUP (¿¿5º de ESO??):
He aprobado las dos asignaturas que me quedaron para setiembre. Y con notaza.
He tenido unas cuantas de miles de entrevistas de trabajo. Si tot va be empiezo a currar la segunda semana de octubre.
Le montamos una despedida de soltero (salvaje y cruel) a nuestro entrenador de rugby. Se tenía que haber pensado muy mucho el decirnoslo.
Y he vivido independizado de mi familia una semana, aprovechando que los padres de Irene estaban de holidays por la Iberia lusa, la pequeña Portugal (que no Portugalito ni Portugalete).
Aviso para desprevenidos, esto es lo que le hacemos a los que se unen en santo matrimonio (aunque sean unos herejes y se casen por lo civil):
Así que tened cuidado y caminad con pies de plomo antes de pensar siquiera en decir el "sí quiero", porque os puedo asegurar que allí estaremos nosotros para adoptar las medidas que estimemos oportunamente necesarias de la manera más lacerante de la que seamos capaces. Las fotos lo garantizan. Y eso que os he ahorrado tener que visualizar las imágenes más crueles, para tratar de no herir las susceptibilidades de posibles lectores aprensivos. De nada.
Avisaos estáis ¬¬
Aunque tampoco os dejéis acongojar por las imágenes, que es verdad que con Diego, Dieguito, nos excedimos en la atrocidad porque además de casarse también nos confesó que iba a traer otro argentinito más al mundo. Razones teníamos de sobra. Aunque esta vez se trate de un argentinito mallorquín. Osea, por una vez, uno de los buenos.
Pero durante mi ausencia bloggeril no todo iba a ser provocar un regocijante a la par que justificado sufrimiento ajeno, desgraciadamente, lo cual hubiera sido muy reconfortante (oh my God! creo que el Marqués de Sade me ha poseído). También he ido de excursión. Dos veces.
Una, a la Fira de Sineu, que por lo visto los miércoles todo el pueblo se convierte en un mercado de proporciones gulliverianas.
Y la otra excursión (esta vez fatigable como la que más, que no sé cuantas horas estuvimos caminando monte-parriba, monte-pabajo), al Castell d'Alaró, donde todo el protagonismo se lo llevaron:
1. Un gato que según Cris, y a pesar de tener los ojos verde que te quiero verde y el rabo más negro quel carbón, era albino.
2. Unos escaladores anónimos y temerarios, en especial uno de ellos, alemán, que se recorrió todo el monte en chanclas y acabó con los pies llenos de heridas, el muy insconciente. Yo, por supuesto, no iba a ser menos.
3. La huella del caballo del Rey Jaime I el Conquistador (el Rei en Jaume), promotor del holocausto magrebí en Mallorca durante el siglo XIII. que ya me dirás tú de qué le habrá servido... Si el Rei en Jaume levantara cabeza...
Y aixó es tot, sanseacabó. Y por favor, llamadme Ludovico, que así David tendrá más razón cuando me llame 'hermano'.
Ya estoy aquí, no pensarse que me había dado a la fuga o que me habían raptado (mal negocio inclusive, a saber quién iba a pagar por mi rescate y cuánto... dúdolo, dúdolo).
Y como en tooodo este tiempo he hecho muuuchas cosas, voy a intentar explicarlas reduciendo el resumen al mínimo exponente, como en clase de matemáticas de segundo de BUP (¿¿5º de ESO??):
Aviso para desprevenidos, esto es lo que le hacemos a los que se unen en santo matrimonio (aunque sean unos herejes y se casen por lo civil):
Así que tened cuidado y caminad con pies de plomo antes de pensar siquiera en decir el "sí quiero", porque os puedo asegurar que allí estaremos nosotros para adoptar las medidas que estimemos oportunamente necesarias de la manera más lacerante de la que seamos capaces. Las fotos lo garantizan. Y eso que os he ahorrado tener que visualizar las imágenes más crueles, para tratar de no herir las susceptibilidades de posibles lectores aprensivos. De nada.
Avisaos estáis ¬¬
Aunque tampoco os dejéis acongojar por las imágenes, que es verdad que con Diego, Dieguito, nos excedimos en la atrocidad porque además de casarse también nos confesó que iba a traer otro argentinito más al mundo. Razones teníamos de sobra. Aunque esta vez se trate de un argentinito mallorquín. Osea, por una vez, uno de los buenos.
Pero durante mi ausencia bloggeril no todo iba a ser provocar un regocijante a la par que justificado sufrimiento ajeno, desgraciadamente, lo cual hubiera sido muy reconfortante (oh my God! creo que el Marqués de Sade me ha poseído). También he ido de excursión. Dos veces.
Una, a la Fira de Sineu, que por lo visto los miércoles todo el pueblo se convierte en un mercado de proporciones gulliverianas.
Y la otra excursión (esta vez fatigable como la que más, que no sé cuantas horas estuvimos caminando monte-parriba, monte-pabajo), al Castell d'Alaró, donde todo el protagonismo se lo llevaron:
1. Un gato que según Cris, y a pesar de tener los ojos verde que te quiero verde y el rabo más negro quel carbón, era albino.
2. Unos escaladores anónimos y temerarios, en especial uno de ellos, alemán, que se recorrió todo el monte en chanclas y acabó con los pies llenos de heridas, el muy insconciente. Yo, por supuesto, no iba a ser menos.
3. La huella del caballo del Rey Jaime I el Conquistador (el Rei en Jaume), promotor del holocausto magrebí en Mallorca durante el siglo XIII. que ya me dirás tú de qué le habrá servido... Si el Rei en Jaume levantara cabeza...
Y aixó es tot, sanseacabó. Y por favor, llamadme Ludovico, que así David tendrá más razón cuando me llame 'hermano'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario