jueves, agosto 05, 2004

Desde Ibiza con Amor (actualizao)

En los altavoces: Family - El Bello Verano

Ja som aquí, ja hem arribat, ja som aquí, ja hem arribaaaaaaat. Pues eso, que ya he vuelto de mis vacaciones en Ibiza (la isla del vicio y el descontrol). Sí, ya sé que la idea inicial era quedarme allí más o menos unos siete días, pero va a ser que al cuarto día ya no me quedaba un sólo céntimo de euro en la cartera, que en estos tiempos que corren los vicios y los excesos están muy caros, así que tenía que elegir entre volver el martes o, en su defecto, quedarme más días, pero comiendo de la basura del Mcdonalds.

A Ibiza llegamos el viernes David, el Portugués y yo a eso de las 13 del mediodía, con dos horas de retraso (Iscomar Ferrys NUNCA MAIS) y al rato, después de dar mil vueltas por el puerto, nos recogió Carlus y nos llevó a su casa para que dejáramos las mochilas. Y, mientras él dormía la siesta, nosotros nos fuimos en bus a una pedazo de playa alucinante que se llama Ses Salines. Era una especie de paraíso terrenal, la playa era una pasada de bonita, el agua, cristalina a más no poder, y los playistas.... ouff todos modelos! tanto los chicos como las chicas. Vamos, que nosotros tres acaparábamos todas las miradas, pero no por guapos (que los somos, y mucho xD), sinó por salirnos del estandard de cuerpos musculos de 1.90 y bañador tipo slip marcando paquete. Allí fue donde vimos al primer famoso. Bueno, mejor dicho, famosillo, porque el tío nos sonaba, pero no sabíamos de qué, hasta que a David se le encendió la bombilla y exclamó "Oñññño, el de Upa Dance". Luego ya sobre las 19pm vinieron a recogernos Carlus y Pequeño Nando (que acababa de llegar en avión -el cabrón tiene pelas) y nos fuimos al SYP a por el avituallamiento para toda la semana. Luego fuimos a la casa de campo de Carlus(en la que estaríamos de okupas hasta que nos fuéramos, o nos echase Carlus), donde descubrimos la silla eléctrica, aprendimos portugués (mother faka) cenamos, nos duchamos y nos preparamos para nuestra primera marcha ibicenca. Carlus, que él no salía porque tenía que madrugar, nos dejó en Ibiza y nos buscamos un portal de nuestro agrado para hacernos el botelloncito de rigor. Después de pimplarnos todo el ballantines, nos fuimos para el puerto, con la parada obligatoria en el Mcdonalds, y buscamos un par de pubs que alguien nos había recomendado Más hubiera valido que no lo hubieran hecho. En uno de ellos tuvimos un pequeño incidente con el segurata (camarero, chivato cabrón), pero gracias a la diplomacia de David pudimos salir ilesos. Y en el otro, después de timar a la camarera, que la sinvergüenza nos quería cobrar 8€ por cada copa (ladrona! menos mal que le metimos un rollo del estilo..."el relaciones nos ha dicho que eran 6€" ... mentiraaaaa) salimos del local con una botella de martini metida en el pantalón de alguno de nosotros.. siejque, cuando hay sed... Entre y entre ocurrieron unos cuantos percances que mejor voy a omitir, que sé que si os los desvelo dejareis de mirarme con buenos ojos. Lo mejor vino cuando llegamos a la casa de campo en taxi. Para demostrar nuestro agradecimiento al taxista (muy simpático él), David y yo nos quedamos en pelota picada delante del taxi y, aprovechando la desnudez del momento, decidimos colarnos en la casa del vecino para darnos un chapuzón en la piscina. Casi nos matamos trepando por la pared y caminando descalzos por la tierra, esquivando pedruscos y árboles que se aparecían en nuestro camino sin avisar. Después de estar unos diez minutos buscando la piscina, desistimos de nuestra idea y volvimos a casa, no sin antes intentar buscar otra piscina en las casas colindantes. A la mañana siguiente nos dimos cuenta de que la piscina que buscábamos no existía. Muy triste.

El sábado nos levantamos prontísimo para que Carlus nos llevara a otra playa, y nos preparamos diez bocadillos buenísmos (hay que ver lo que cuesta hacer un bocadillo todo resacoso). Llegamos a la playa, aparcamos en el culo del mundo, abrimos el maletero para sacar las cosas y.... ¿dónde coño están los bocadillos? Genial, nos los habíamos dejado en casa, y encima íbamos sin un euro, y aunque hubiéramos llevado, daba igual, un bocata en el chiringuito de la playa costaba 6€, casi ná. Eso sí, la playa era genial, una de las más bonitas que habíamos visto, se llama Aigües Blanques y era preciosa, y nudista, y al nivel de la del día anterior, todos modelos y modelas, pero con el aliciente de que éstos iban en pelotas. La playa, que era larguísima, estaba detrás de un precipicio, y de una pared salía un barro que la gente utilizaba para exfoliarse (nosotros pasamos de esas mariconadas, nosotros preferimos la foliación a la exfoliación). Y de vuelta a la casa de campo nos paramos en un mercadillo hippy super conocido, Las Dalias, era gigante y super chulo y lleno de gente. Allí vimos a dos famosas más, dos chicas que salían en la serie Al Salir de Clase y una también en La Isla de Los Famosos... Llegamos a casa, cenamos los bocadillos que llevaban ocho horas hechos (pero que nos parecieron casi una delicatessen, del hambre que llevábamos encima), nos duchamos y nos fuimos con Carlus y unos amigos suyos a una fiesta privada en un local chulísimo fuera de Ibiza, en la playa, al que sólo se podía llegar caminando una jartá o en barca. El sitio era una pasada, con acuario natural interior y todo (a cuyos peces nos encargamos David y yo de alimentar en un acto altruista y totalmente desinteresado). A eso de las 2am Carlus&Friends nos abandonaron a nuestra suerte y nos intentamos acoplar entre la gente, a ver si alguien nos llevaba en su coche hasta San Antonio. Pero viendo que con nuestras artes persuasorias no obteniamos ningún resultado positivo, decidimos adueñarnos a la arremanguillé de un ballantines de litro, una cocacola y una pila de vasos, y poner rumbo a San Antonio por nuestros medios, osea, a pie. San Antonio fue el acabose, nos permitimos incluso el lujo de rechazar una 'sex party'

El domingo ya fue otra cosa. Nos levantamos tempranito, desayunamos como Dios manda, comimos tranquilamente, y Carlus nos llevó a otra playa también muy chula pero que no me acuerdo del nombre, y vimos a otra famosa, que ahora ni recuerdo quién era, porque la verdad es que yo ni la conocía... Después de la playa fuimos a tomar algo al Café del Mar mientras mirábamos la puesta del sol con música Chill-Out de fondo, y aprovechamos para comprar las entradas para una discoteca a la que iríamos esa noche, Amnesia. El timo del siglo, 35€ sólo la entrada, sin consumición ni nada, pero Pachá era todavía peor, 50€ también sin consumiciones. Por lo menos en Amnesia había la fiesta de la espuma. Cuando volvimos a casa, nos organizamos de una manera super profesional: mientras unos preparaban la cena, los otros se duchaban; hasta que le tocó el turno de la ducha al Portugués... Teníamos ya la cena puesta en la mesa y estábamos todos sentados esperando a que el Portu saliera de la ducha para venir a cenar y, como el cabrón es lento de cojones, decidimos vengarnos de él y de su conocida homofobia: le esperamos todos sentaditos en nuestras sillas como nuestras madres nos trajeron al mundo. Valió la pena hacer tanto el paripé sólo para verle la cara! Después de cenar y de prepararnos, Carlus nos bajó de nuevo a Ibiza y nos quedamos en un parque con nuestra botella de litro de ballantines y dió comienzo el festival del humor. Creo que el Portu nos odia, todos los chistes eran del palo "qué hace un portugués cuando..", "por qué los portugueses...", "un camionero portugués va por la M-30 y...", "en qué se diferencia un portugués de un...", "va un gallo portugués y...". Cuando terminamos con el Ballantines, nos metimos en un par bares a hacernos unos cuantos cubatillas más y, cuando los euros empezaban a escasear, buscamos un taxi que nos llevara a Amnesia. Pffff Amnesia fue tremendo! nos lo pasamos genial, grandísimo. Hasta la música nos gustaba, a nosotros que odiamos el estilo de música que suele ponerse en estos sitios. También hubo tiempo incluso para el momento cariñoso-afectivo en el que todos nos prometimos amor eterno de aquí al infinto, y más allá... Nos lo estábamos pasando tan bien, que cuando nos quisimos dar cuenta ya eran las 6am y empezaba la fiesta de la espuma. Tremendo! eso sí, recuerdo que casi muero cinco veces, mínimo, ahogado por la espuma. Como suele pasar, acabamos todos perdidos y nos encontramos al final de puro milagro... Y a las 7am nos entró el acojone. Que por qué? pues porque Nando tenía que estar a las 7.30am en la puerta de embarque del aeropuerto, eran las 7am y estábamos los cuatro en la puerta del Amnesia, todo mojados, con espuma que nos salía hasta de las orejas y muertos de frío (que nadie nos avisó de que lleváramos ropa para cambiarnos ni una toalla!). Así que todos como locos buscando alguna alma caritativa que acompañara a Nando al aeropuerto por el módico precio de 15€, todo lo que llevábamos encima. Y lo que es más increíble todavía, lo conseguimos!! Eso sí, aún no me puedo creer que le dejaran subir al avión... A nosotros tres (David, el Portu y yo) no nos quedó más remedio que volver caminando a casa. Dos horas caminando empapados en agua y espuma y pasando más frío que la madre del cordero. Y para rematar, no se le ocurre una mejor idea a Carlus que, un par de horas después, llevarnos a jugar un partido de fútbol con sus amigos.... Tengo agujetas hasta en músculos que ni sabía de su existencia...

Y en vista de que no nos quedaba un sólo céntimo, decidimos volver a casa el martes por la mañana, que esto de vivir fuera del lecho materno ha resultado ser demasiado caro, endevé! Mmm, los días que aún me quedan de vacaciones pienso pasarmelos tumbado a la bartola y pendiente de si una personita me hace un poquito de caso, que me tiene olvidado en el más absoluto de los abandonos...

PD: joder, me ha salido un post largo del copón... un fresquito de cereza de regalo para quien se lo lea enterito :)

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