domingo, febrero 27, 2005

José Luís Vélez Díez y el Valle de Arán

En los altavoces: L-Kan - Cansada de Estar Salida


Ni Marilyn Monroe se llamaba Marilyn Monroe, sino Norman Jane Mortenson.
Ni Madonna se llama Madonna, sino Louise Veronica Ciccone.
Ni Pelé se llama Pelé, sino Edson Arantes do Nascimento.
Ni Bob Dylan se llama Bob Dylan, sino Robert Allen Zimmerman.

Y debió haber algún momento, quizá allá por los setenta, en que tal vez Carod-Rovira apuntase a convertirse en un nuevo mito del rock, del celuloide o del deporte y él también decidió cambiarse de nombre. Osea que de Josep Lluís Carod-Rovira no tiene ni el Josep Lluis ni el Carod ni el Rovira. Ya algunos sospechaban que en su otra vida (la anterior a la de líder de masas independentistas, se entiende) incluso pudo haberse apellidado Pérez (muy a su pesar) y que incluso estudiase para cura. Pero por lo visto tampoco (lo de Pérez, lo de cura parece que sí, pero ahí de momento no me meto, que mi padre también estudió para cura, contra su voluntad, eso sí, y se puede sentir ofendido).

Bueno, lo de Josep Lluís casi es verdad, pero en castellano, José Luís. Se lo aceptamos. Pero de Carod-Rovira no tiene ni las iniciales. Vélez Díez más bien. Pobre hombre, menuda infancia más traumática debió pasar el joven José Luís con unos apellidos taaan españoles. Y por lo visto el presidente de Esquerra Republicana tampoco es catalán, sino más bien aragonés, y además proviene de una amplia saga militar y españolista, para más inri. Entonces, ¿cómo pudo llegar un joven de origen españolista y que iba para cura a convertirse en su versión más antagónica? republicano, independentista y anticatólico... Ahí es nada. Es algo así como preguntarse por qué Michael Jackson es blanco. Vaya fraude... como para fiarse de él, de una persona que reniega de su pasado familiar, de sus apellidos...

Y menudo grano en el culo les ha salido ahora a Carod-Rovira (o José Luís Vélez Díez) y a su colega de tripartito, Pasqual Maragall. Que el Valle de Arán (la comarca catalana más rica, especialmente gracias a la estación de esquí de Baqueira Beret) también quiere independizarse, pero de Cataluña. Toma ya lo que son las cosas, en plena vorágine independentista catalana les ha tocado ahora a los separatistas probar su propia medicina. Y yo que me troncho, porque los araneses piden una relación de igual a igual con la Generalitat, y utilizan precisamente los mismos argumentos que Maragall presenta ante el Gobierno Español: un particular origen histórico, una identidad diferenciada y una cultura y lengua propias (el aranés). Y los inocentes de los araneses esperan que las autoridades catalanas accedan a dialogar y que se les reconozca su identidad nacional. Será divertido ver con qué argumentos niega Maragall sus peticiones al Valle de Arán. A ver si ZetaPé está atento y toma nota.

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