sábado, noviembre 05, 2005

Adiós buena vida, adiós

En los altavoces: Le Mans - Buenos Días, Corazón


Éste último ha sido un mes importante. Qué digo importante, importantísimo, fundamental para el devenir de todos los españoles.

En este último mes han ocurrido eventos tan trascendentes como el nacimiento de una Reina, todo el coñazo del Estatuto catalán que no interesa a nadie más que a los políticos, las huelgas de los transportistas, los gruístas, los pescadores, los mineros y, la semana que viene, los agricultores españoles (talaaaannnnte).

Y dos acontecimientos entodavía más importantes: el pornocuestionario al que me quiere someter SuperSonic y, sobretodo y antetodo, una nueva anotación en mi currículo laboral.

Poseso, que hace cosa de un mes se me acabó la buena vida y me despedí con una pena muy grande de la sopa boba (aunque más que una despedida fue un 'hasta luego'...) y comencé una nueva singladura en eso que llaman mercado de trabajo. Aunque tampoco es que lo mio sea un trabajo propiamente dicho; si especificase un poco podría decir que soy la Monica Lewinsky del departamento económico-financiero de la primera cadena hotelera en España, Latinoamérica y Caribe, la tercera a nivel europeo y la décima en el ránking mundial. La Monica Lewinsky pero en hombre, ojo... moderno sí, pero tampoco tanto.

Pero tampoco os ilusionéis, que aunque cobro una buena pasta por hacer de la Lewinsky (sin sexo oral, de momento), desde que ella dejó el gremio esto no ha vuelto a ser lo que era. Estamos infravalorados. Monica, vuelve! Hazlo por nosotros! We need You!

Y por último pero no por ello menos importante, decir que esta semana ha venido a Palma de visita el gran Joan, el artista bohemio mallorquín por excelencia y por excedencia, aunque únicamente estuvieramos juntos el tiempo que dura un partido de fútbol. Y que la semana que viene tan solo me faltará una semana para subirme en un avióin y estar con la tía más buena que se haya visto nunca en Catalonia. Diossss, es que ya no puedo tener más ganas...




Ale, adeu siau. Y cuando llegue a Barcelona voy a reclamar mi Twister (que lo sepa la aludida).

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