Ya han pasado dos años del peor atentado terrorista que ha sufrido la nación española y yo sigo queriendo saber la verdad. Aunque algunos se empeñen en que no la sepa nunca.
¿Por qué el Gobierno lleva dos años ocultándonos que Trashorras, seis días después del atentado, contó a la Policía y al CNI que los etarras de la 'caravana de la muerte' eran 'amigos' de El Chino? ¿Por qué no aceptaron ni una de las comparecencias en la comisión de investigación que solicitó la oposición? ¿Por qué nos enteramos de todo sólo por El Mundo?.
Que cada uno saque sus propias conclusiones. Las mías son éstas:
1. Que muy pocos de los que salieron a la calle en la jornada de reflexión siguen queriendo saber la verdad.
2. Que hoy son más las interrogantes que lo que sabemos sobre aquél fatídico día. Son demasiadas las incógnitas.
3. Que de lo que nos han contado, pocas cosas cuadran.
4. Que si tanto se esfuerza el Gobierno en ocultarnos la verdad será por algo. Muy gordo tiene que ser.
5. Que aquí hay mucha gente metida y no hace falta ir a las montañas de Afganistán a buscarlos.
6. Y que a la cabeza de Pedro J. ya le deben haber puesto precio.
Dos años después y todavía no sabemos ni un ápice de lo que realmente sucedió. Pero que nadie lo dude, los responsables acabarán pagándolo.
Un fuerte abrazo para todas las víctimas en este segundo aniversario. Y para todos los que, como yo, sintieron perder un pedacito de su alma aquella mañana.
No lo olvidamos y jamás lo olvidaremos.
¿Por qué el Gobierno lleva dos años ocultándonos que Trashorras, seis días después del atentado, contó a la Policía y al CNI que los etarras de la 'caravana de la muerte' eran 'amigos' de El Chino? ¿Por qué no aceptaron ni una de las comparecencias en la comisión de investigación que solicitó la oposición? ¿Por qué nos enteramos de todo sólo por El Mundo?.
Que cada uno saque sus propias conclusiones. Las mías son éstas:
1. Que muy pocos de los que salieron a la calle en la jornada de reflexión siguen queriendo saber la verdad.
2. Que hoy son más las interrogantes que lo que sabemos sobre aquél fatídico día. Son demasiadas las incógnitas.
3. Que de lo que nos han contado, pocas cosas cuadran.
4. Que si tanto se esfuerza el Gobierno en ocultarnos la verdad será por algo. Muy gordo tiene que ser.
5. Que aquí hay mucha gente metida y no hace falta ir a las montañas de Afganistán a buscarlos.
6. Y que a la cabeza de Pedro J. ya le deben haber puesto precio.
Dos años después y todavía no sabemos ni un ápice de lo que realmente sucedió. Pero que nadie lo dude, los responsables acabarán pagándolo.
Un fuerte abrazo para todas las víctimas en este segundo aniversario. Y para todos los que, como yo, sintieron perder un pedacito de su alma aquella mañana.
No lo olvidamos y jamás lo olvidaremos.
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