martes, mayo 17, 2005

Una envidia y un cabrón

En los altavoces: The Raveonettes -Twilight


Se abre el telón y se ve a Rijkard hablándole al oído a Ronaldinho.
¿Cómo se llama la pilícula?
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El hombre que susurraba a los caballos.


La envidia, la envidia, que me corroe por dentro y todavía no tengo asimilado lo de este fin de semana. Pero qué coño! que es verdad, que hay que reconocerlo, que esta liga el Barsa de las narices ha sido como la Pamela Anderson.... bien de alante y bien de atrás. Con decir que el Madrid este año ha hecho récord de puntos en una liga de veinte y aún así ha quedado por detrás.

Lástima que siempre tenga que haber un tonto que dé la nota. En fin, que Eto'o ha demostrado sobradamente por qué nunca podrá jugar en el mejor equipo del mundo. Y no me desahogo más porque la Supersonic ya le ha dejado las cosas bien claras (y le da igual si eres negro, que lo sepas).

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