lunes, abril 04, 2005

Juan Pablo II el Magno

Juan Pablo II será un Papa muy recordado durante mucho tiempo, y su excepcional personalidad se lo merece. Deja tras de sí el afecto de millones de personas que, incluso sin compartir su fe o de carecer de una, han vivido con él la agonía que siempre supone la lucha por la libertad. No en vano jugó un papel trascendental en la lucha contra los totalitarismos (tanto nazi como soviético).

Siempre fue un firme defensor de las libertades individuales, de la dignidad humana, de la paz (siempre se opuso a todas las guerras), de la propiedad privada y de la doctrina católica. Por eso combatió siempre frontalmente y sin tapujos al marxismo, lo que le acarreó la animadversión de la progresía europea. Y cuando fue elegido Pontífice en el 78' fue una figura extremadamente importante en la caída del comunismo en la Europa Oriental, hasta tal punto que la KGB (los servicios secretos soviéticos) intentó asesinarle en 1981 por medio del turco Ali Agca, al que años después el propio Juan Pablo II visitaría en la cárcel para ofrecerle su perdón.

Si la URSS hubiera cumplido con su objetivo criminal, es difícil pensar en qué clase de mundo estaríamos viviendo ahora. Pero una cosa está clara: en uno menos libre. Solo por eso los liberales de todo el mundo, seamos de la religión que seamos, no dejaremos de considerarlo uno de nuestros líderes (ideológicamente hablando), de los pocos. Y por eso hoy estamos de luto, por el hombre que ha sabido morir como vivió: dando ejemplo.

Por otra parte, el de Juan Pablo II ha sido el tercer Pontificado más largo de la historia y el que más personas ha recibido. Concretamente, más de un millón y medio de personas recibidas individualmente. 426 jefes de Estado, reyes y reinas, 187 primeros ministros y 190 ministros de Asuntos Exteriores recibidos en audiencias, y 642 embajadores embajadores le presentaron cartas credenciales. También ha sido el Papa viajero por excelencia. Cuando en teoría es el mundo el que debería ir al Vaticano, ha sido el Papa el que ha recorrido el mundo entero. Ha visitado 133 países, la mayor parte de los cuales recibía por primera vez a un pontífice. Ha sido también el primer Papa en visitar una sinagoga judía y una mezquita (en Damasco) y en pisar Tierra Santa. Y ha presidido 147 ceremonias de beatificación y 51 canonizaciones, con casi un total de 500 santos, muchos de ellos españoles, especialmente los cientos de mártires (tan olvidados hoy en España) víctimas de la represión marxista durante la guerra civil.

Y así se lo han estado reconociendo estos días las principales comunidades religiosas y los gobiernos más variopintos. No ha habido país que no haya manifestado su pesar por el fallecimiento del Papa. Incluso en países de religiones y creencias opuestas. Incluso en estados sin religión (con Consitutciones laicistas) o enemigos de ella. Todos han expresado un gran respeto hacia esta gran figura del siglo XX, la más carismática e influyente entre los líderes actuales del mundo. Israel, Egipto, Rusia, Cuba. El presidente de Portugal, Sampaio, dirigió un mensaje a la nación. Lo mismo que en Italia y lo mismo que hizo George Bush. Perú y Ecuador han decretado nueve días de luto oficial, Brasil, siete. Venezuela, cinco. La Cuba castrista y Egipto, país musulmán, tres. Polonia estará de luto y duelo oficial hasta el día del entierro.

En España sin embargo parece que Rodríguez Zapatero no se haya enterado de la muerte del Santo Padre y se encuentra ausente por completo en estos momentos de gran dolor para los millones de creyentes españoles, que están sintiendo la pérdida del Papa con un sufrimiento íntimo y filial, y de respeto emocionado para quienes no lo son. Es sorprendentemente insultante la falta de mensajes institucionales por parte de los principales representantes de España. Para Zapatero, la muerte del Papa no merece ni un comunicado oficial. Y días de luto, los justitos, uno, el de hoy. ¿Acaso hay que recordarle a nuestro presidente que, le guste o no le guste, España es un país con una cultura tradicionalmente católica y con millones de creyentes? Cuando el mundo entero se rinde con admiración a los pies del Pontífice muerto, nuestro Gobierno, el de las 'Alianzas de Civilizaciones' y las 'Cruzadas contra el Hambre', comete otra hiriente 'zapatada' contra sus conciudadanos. Un solo día de luto es lo que merece, según Zapatero, el primer Papa que visitó España. Y repetiría hasta en cinco ocasiones, convirtiendo España en el cuarto país más visitado, demostrando así el cariño que el Santo Padre tenía por nuestro país.

Por su parte, y en contra de la decisión del Gobierno, algunas comunidades autónomas han decretado tres días de luto oficial, como Madrid, Baleares, Murcia, Valencia o Galicia. Otras, como Castilla y León, han ampliado el luto hasta los funerales. Otras, en cambio, siguen dando la nota.

Juan Pablo Magno (como ya se le conoce) se merece el respeto que hoy le tiene el mundo entero.


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