jueves, julio 06, 2006

El RIP, la verdadera historia

Hoy vengo a hablaros del RIP. El RIP era grande. El RIP era un equipo de fútbol (y sus variantes) entrañable, fundado por Viti, Hugo, el Mirlo, el Lancia y Renko, allá por el año 2001, y por el que después pasarían infinidad de carismáticos jugadores. En el recuerdo del RIP se cuentan personajes como Semari, el Ni, Bart, Toni, Benji o cuatro dedos Troy, entre los más destacados.

La práctica totalidad de los fundadores del RIP habían sido futbolistas frustrados que habían pasado por diferentes clubes de la isla con mayor o menor gloria. Los seguidores del Beta Club de Fútbol todavía recuerdan a Hugo y al Mirlo con cierto cariño. Otros, tras el fracaso futbolero, habían probado suerte en deportes tan variopintos como el tenis, el karate, el judo, el padel o el taekwondo, con diferente grado de fortuna. En este aspecto, aparte de diez años de disciplina judoka, infinidad de éxitos avalan a Renko en su paso por el rugby balear: un estelar debut con el primer equipo de El Toro, una asombrosa participación en el Campeonato interuniversitario de Extremadura, una más que digna actuación en un torneo internacional de seven playa y dos intervenciones con la selección balear.

Y finalmente, por la Gracia de Dios, todos habían acabado en el RIP.

El cinco tipo del RIP era el formado por Viti bajo los palos, Renko y el Mirlo de revientapiernas en la zaga, Hugo en la medular, y Semari y el Lancia a verlas venir. Todo un equipazo. Hugo ponía el talento y los demás, el talante. A talante no perdían nunca. Ellos inventaron el significado de talante y luego Zapatero se lo copió después de verlos jugar.

Si bien es cierto que cada jugador destacaba por la capacidad de poder desempeñar con solvencia varias posiciones distintas dentro del terreno de juego. Uno de los mayores exponentes de esta vertiente polifacética fue Viti, que intercambiaba con cierta asiduidad los guantes de portero por las medias largas y las espinilleras para dirigir al equipo desde la retaguardia. Míticas son ya sus incorporaciones ofensivas en las que llegaba hasta la frontal del área contraria tras driblar a un rival tras otro para finalizar con un zapatazo que muy posiblemente sería cantado como gol.

Estos deportistas natos aprendieron lecciones de suma importancia en su paso por el RIP: a simular faltas, a meter goles con la zurda, a protestar al árbitro con vehemencia aún sin tener razón, a provocar al contrario y armar jaleo cuando el partido perdía interés, a autoexpulsarse, a echarles la culpa de todo al Lancia y a Semari (el Lancia era un poco el Julio Salinas del equipo y el Semari chupaba más que un veinticuatro válvulas)... en definitiva, a darle a su público (que crecía a un ritmo exponencial) lo que ellos esperaban del RIP, lo que habían ido a ver: espectáculo en estado puro, sin conservantes ni colorantes. Todos estos conocimientos adquiridos dentro de la cancha fueron después de un gran valor para la vida diaria y, sobretodo, laboral de cada uno de los jugadores. Tal y como dijo un economista llamado Michael E. Porter: 'tan importantes son los conocimientos y la experiencia que un individuo puede aportar a una determinada organización, como los que esa organización puede transferir al individo que interactúa en ella'. Ése era el caso del RIP.

El RIP alcanzó sus mayores cotas de fama y sus mayores éxitos deportivos en los torneos para empresas que organizaba el UDYR, mayormente a partir de su segunda participación en la liga regular de dicho estamento deportivo. Por aquellos días el RIP solía acaparar los titulares de las páginas deportivas de los principales rotativos de tirada provincial. Tal es el caso que incluso otro equipo, el Champiñones FC, fichó al Lancia y a Renko para afrontar con garantías el torneo Sabadete (también organizado por el UDYR), proclamándose ambos dos como máximos goleadores de aquel equipo. Toda una proeza. Paralelamente al Sabadete y a la liga regular, el RIP, viendo lo bien que cuajaba el equipo y el gran entendimiento que había entre sus miembros, decidieron disputar también el torneo Dominguero. Luego vendrían los campeonatos veraniegos y las competiciones universitarias. El fútbol lo era todo para los integrantes del RIP, vivían por y para el fútbol. Eran conscientes de que estaban en su cénit deportivo y querían aprovechar ese momento de esplendor futbolístico. Por otra parte, gracias a estos torneos, aprendieron otra valiosa lección que siguieron poniendo en práctica aún después de desapericido el RIP: jugar con resaca.

Conocidas en toda la isla eran las cenas y las marchas de equipo celebrabadas por los integrantes del RIP después de cada victoria e incluso después de alguna derrota, aunque estas últimas solían ser escasas. Marchas que tanto podían acabar en el Victoria's, en Punta Ballena o inclusive en el Puerto Olímpico de Barcelona. Se convirtieron en todo un acontecimiento social para la alta alcurnia mallorquina.


Lamentablemente, todo en esta vida son ciclos, y, así como todo lo que sube, baja, todo lo que empieza tiene que acabar. Y para el RIP también llegó el fin de un ciclo. ¿Demasiados galácticos en un mismo equipo? Sin embargo, todavía en días como estos, mientras vemos un partido del mundial, cada uno de nosotros se emociona soñando conque llegue el día en que volvamos a vestirnos de corto bajo la misma bandera, la del RIP. Soñando con el día en que nos volvamos a juntar para ofrecer espectáculo haciendo lo que más nos gusta. Justo el mismo sueño que todavía tienen los Police, los Smashing Pumpkins, Radio Futura o, en su día, los Beatles. Larga vida al Rock & Roll.

Larga vida al RIP.



En los altavoces: Los Planetas - El Artista Madridista

4 comentarios:

Anónimo dijo...

tio bueno! :)

Sergio dijo...

Tú sí que estás buena!... y morena! :-)

Anónimo dijo...

ja tenc es programa ds cine a la fresca :)

Anónimo dijo...

Que pasa tio??
Por una vez, sin que sirva de antecedente, has tenido razón. Me he descojonado un buen rato. Estaría bien eso de reaparecer en un partidillo los del RIP, eh?? jajaja.
Venga chavalote, un abrazo !!!