Endevé, qué dura es la vida! Cuando todo parece que te va genial y piensas que eres una de las personas más felices del mundo, vas y te caes de la nube, en picado y sin paracaidas. Ay, qué exagerao soy! pero, ¿a que no sabeis qué me ha pasado hoy?. Yo os lo cuento...
Pues estaba yo tan feliz en la oficina, intentando pasar el rato de la manera menos aburrida posible (osea, trabajando un poco..), cuando entra mi jefa y me dice ella tan tranquila, como si no ocurriera nada: "Sergio, pasa un momento", señalándome la oficina de su jefe, osea mi superjefe. Hasta aquí todo normal, de hecho las reuniones departamentales son una de las mayores e inanes aficiones dentro de mi trabajo, casi podría decirse un requisito curricular. Pero en cuanto el jefe de mi jefa (mi superjefe) me ha dicho "Siéntate, que tenemos que hablar contigo" con una sonrisa maliciosa en los labios, me ha entrado un mal rollo que pa qué!
Antes de seguir, dejadme que os ponga en antecedentes. Trabajo de cutre-administrativo en un cutre-trabajo con una cutre-jornada de cinco horas diarias, lo cual me viene cojonudo para poder compatibilizar el curro con la universidad. El caso es que mi puesto de trabajo está supeditado a un convenio de colaboración con el Ajuntament de Palma, así que mi contrato, en teoría, terminaba cuando el convenio, osease, este siete de octubre. Pero como que mi jefa es un poco nula, incompetente, inepta, insuficiente e incapaz, pues necesita que alguien haga el trabajo por ella y lleve la oficina al día, y por esa razón me dijeron que ya encontrarían la fórmula para que el menda lerenda continuase en la oficina con un nuevo contrato que ya nos sacaríamos a la arremanguillé.
¿Sí? Pues no.
Lo que tenían que decirme mi jefa y su jefe (osea, mi superjefe) es que el presidente había decidido llevar a cabo un reestructuración en casi todos los departamentos que te cagas en las bragas! De modo que mi superjefe dejaba nuestro departamento para dedicarse a otros asuntos, y mi jefa pasaba a ocupar su puesto (el puesto de mi superjefe, el jefe de mi jefa). ¿Y qué pasa conmigo? Eso mismo he preguntado yo... Pues lo que pasa es que mi jefa, con la nueva reestructuración, necesita a una persona que haga lo que hacía ella (lo que viene a ser nada), pero con jornada a tiempo completo y plena disponibilidad horaria (mañana y tarde). Con lo cual, el Renko se queda en el paro, porque si ya me cuesta sacarme las asignaturas con una mierda horario de cinco horas... a tiempo completo no acabo la carrera ni en cuatro vidas!! ¡Que no renuevo!
Y el caso es que tiene su intringulis, porque llevaba yo tiempo diciendo a la gente que quería cambiar de trabajo, que los únicos que me caían bien eran mi superjefe (el jefe de mi jefa), por cierto, metrosexual a más no poder, y la chica de la limpieza... Pero jolin, esto es distinto, es distinto!
He estado pensando qué hacer ahora para sacarme los cuartos con los que pagar la matrícula de la universidad y seguir cumpliendo con los plazos del coche. Estoy dudando entre escribir una autobiografía con mis memorias, montar una escuela de seducción, o irme de misionero a Irak. La primera opción no creo que sea muy rentable (los ingresos por ventas dudo que fueran superiores a los gastos en papel y tinta); la segunda opción... ¿pa qué? acabaría quebrando y le tendría que devolver el importe de la inscripción a mi único alumno, Doroteo, el tonto del pueblo; y la tercera, me han dicho que es un poco peligrosa, que me juego el cuello si voy. Así que de momento creo que iré a apuntarme a las listas del paro y pasar a formar parte de las estadísticas.
PD: Qué putada! así casi que será imposible ir a Suecia a visitar a mi hermanita, ni ponerme el ADSL de una vez....
Pues estaba yo tan feliz en la oficina, intentando pasar el rato de la manera menos aburrida posible (osea, trabajando un poco..), cuando entra mi jefa y me dice ella tan tranquila, como si no ocurriera nada: "Sergio, pasa un momento", señalándome la oficina de su jefe, osea mi superjefe. Hasta aquí todo normal, de hecho las reuniones departamentales son una de las mayores e inanes aficiones dentro de mi trabajo, casi podría decirse un requisito curricular. Pero en cuanto el jefe de mi jefa (mi superjefe) me ha dicho "Siéntate, que tenemos que hablar contigo" con una sonrisa maliciosa en los labios, me ha entrado un mal rollo que pa qué!
Antes de seguir, dejadme que os ponga en antecedentes. Trabajo de cutre-administrativo en un cutre-trabajo con una cutre-jornada de cinco horas diarias, lo cual me viene cojonudo para poder compatibilizar el curro con la universidad. El caso es que mi puesto de trabajo está supeditado a un convenio de colaboración con el Ajuntament de Palma, así que mi contrato, en teoría, terminaba cuando el convenio, osease, este siete de octubre. Pero como que mi jefa es un poco nula, incompetente, inepta, insuficiente e incapaz, pues necesita que alguien haga el trabajo por ella y lleve la oficina al día, y por esa razón me dijeron que ya encontrarían la fórmula para que el menda lerenda continuase en la oficina con un nuevo contrato que ya nos sacaríamos a la arremanguillé.
¿Sí? Pues no.
Lo que tenían que decirme mi jefa y su jefe (osea, mi superjefe) es que el presidente había decidido llevar a cabo un reestructuración en casi todos los departamentos que te cagas en las bragas! De modo que mi superjefe dejaba nuestro departamento para dedicarse a otros asuntos, y mi jefa pasaba a ocupar su puesto (el puesto de mi superjefe, el jefe de mi jefa). ¿Y qué pasa conmigo? Eso mismo he preguntado yo... Pues lo que pasa es que mi jefa, con la nueva reestructuración, necesita a una persona que haga lo que hacía ella (lo que viene a ser nada), pero con jornada a tiempo completo y plena disponibilidad horaria (mañana y tarde). Con lo cual, el Renko se queda en el paro, porque si ya me cuesta sacarme las asignaturas con una mierda horario de cinco horas... a tiempo completo no acabo la carrera ni en cuatro vidas!! ¡Que no renuevo!
Y el caso es que tiene su intringulis, porque llevaba yo tiempo diciendo a la gente que quería cambiar de trabajo, que los únicos que me caían bien eran mi superjefe (el jefe de mi jefa), por cierto, metrosexual a más no poder, y la chica de la limpieza... Pero jolin, esto es distinto, es distinto!
He estado pensando qué hacer ahora para sacarme los cuartos con los que pagar la matrícula de la universidad y seguir cumpliendo con los plazos del coche. Estoy dudando entre escribir una autobiografía con mis memorias, montar una escuela de seducción, o irme de misionero a Irak. La primera opción no creo que sea muy rentable (los ingresos por ventas dudo que fueran superiores a los gastos en papel y tinta); la segunda opción... ¿pa qué? acabaría quebrando y le tendría que devolver el importe de la inscripción a mi único alumno, Doroteo, el tonto del pueblo; y la tercera, me han dicho que es un poco peligrosa, que me juego el cuello si voy. Así que de momento creo que iré a apuntarme a las listas del paro y pasar a formar parte de las estadísticas.
PD: Qué putada! así casi que será imposible ir a Suecia a visitar a mi hermanita, ni ponerme el ADSL de una vez....
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