El día más infructífero de mi vida

(...) / quiero mi parte de lo bueno / quiero que estés aquí /
quiero tenerte dando vueltas a mi lado todo el tiempo /
en nueve órbitas concéntricas y yo estar en el centro /
será mucho pedir / pero es lo menos que merezco

Los Planetas - Corrientes Circulares en el Tiempo

Es penoso tener que admitirlo, pero todos sabíamos que podría llegar en cualquier momento. Y ha sido hoy, el día más infructífero de mi vida, por no decir el menos fructífero (o por lo menos uno de ellos). Y es que hoy, por fin, he conocido el sgnificado de la expresión 'tumbarse a la bartola' (antes de hoy había tenido acercamientos, para qué negarlo, pero es que lo de hoy ha sido cosa exagerada). Porque si digo que no he hecho nada de provecho en todo el día, me quedo corto. Qué digo corto, diminuto:

• Me he levantado a las tantas, que para un día que podía, había que aprovechar.


• Me he hecho con las uñas la cruz milagrosa en todas mis picaduras de mosquito, dejándome los brazos hechos un cristo, y he escrito un post sobre el tema (el aburrimiento es lo que tiene).


• Le he mandado un sms de socorro a Jorge, el alicantino, que aún a estas horas estoy esperando a que me lo conteste (estoy empezando a perder la fe).


• Me he tumbado en el sofá para hacer zapping como un poseso.


• He chateado un rato por el messenger, que en la tele no hacían una mierda.


• He comido manteniendo una interesantísima conversación con mis padres (recomiendo no tocar en la mesa y bajo ninguna circunstancia el tema laboral).


• Me he subido a mi cuarto a dormir la siesta con el último cd de La Buena Vida sonando en el ordenador.


• Me he despertado con su llamada (sí, he dormido una siesta del copón, pero es que yo cuando me pongo, me pongo).Y qué alegría despertarse escuchando su melodía en el móvil.


• He visto el España-Bélgica, donde, por cierto, lo mejor del partido han sido los primeros 32 segundos (segundos, segundos, habéis leído bien), goles aparte.


• Y ahora, mientras escucho a los Suede, me estoy planteando qué hacer durante las siguientes horas: no sé si salir de casa, aunque sea a dar una vuelta, o alquilarme un DVD. Pero creo que no tengo demasiados ánimos para lo primero.

Y todo ello sin dejar de pensar un sólo instante en tí.