domingo, junio 06, 2004

Preludio de un suspenso

En los altavoces: Frank Popp Ensemble - Hurry Up!

Ya me lo decía mi madre desde pe(z)queñín: "Renkito hijo, tienes que ser más persistente y constante en las metas que te propones". Pero es que no puedo mamá. Que el vicio es algo superior a mi, que llama siempre a mi puerta (dos veces, como el cartero) y soy incapaz de hacer oídos sordos. Soy débil sí, muy débil, pero es que ya se sabe, estamos en primavera, y claro, las hormonas se ponen de lo más tonto y no hay quien las controle.

Pues eso, que estaba yo ayer en mi cuarto tranquilamente estudiando (como el chico aplicado y responsable que soy) cuando Carmen me dijo que la habían invitado a un cumpleaños, que iban a hacer botellón y que podía llevar a quien quisiera. Así que ella, por su cuenta y riesgo, ni corta ni perezosa y más ancha que larga, nos arrejuntó a todos los de siempre, que, por supuesto, no le pusimos ninguna traba. Y ahí estabamos nosotros, aguantando el tipo en un cumpleaños ajeno, en un botellón ajeno, con un montón de amigos ajenos, y (lo que es más importante) con un montón de bebida ajena (que hicimos nuestra by the face). Eso sí, cabe decir en mi defensa que yo desde el primer momento tenía muy claro (quiero hacer hincapié en ello) que iba a la fiesta únicamente con el fin de despejarme un poco de tanto estudio. Es decir, nada de alcohol y nada de sexo. Pero va a ser que no. La primera copa, la de cortesía (que yo soy muy cortés y acepté la primera copa por no hacer un feo ^^) llevó a la segunda copa, la de la deshinibición, y ocurrió lo inevitable: se me empezó a nublar la vista y dejé de verlo tan claro, y mi idea inicial de "nada de alcohol, nada de sexo" se empezó a difuminar en mi etílica mente. Y claro, yo que soy muy respetuoso con las madres, que es lo que tiene el hecho de haber recibido una educación basada en los valores cristianos, pues décidí hacerle caso a la mía y ser constante por una vez; osea, no moverme de allí hasta que no se hubieran agotado las reservas de alcohol. Y entre copa y copa, lo típico en acontecimientos de este calibre: hacer 354 (o inclusive más) fotos sin sentido alguno de la estética y/o/u del ridículo y escribir (o en su defecto, modificar) dedicatorias amoroso-sexuales en un balón de básket. Cuando ya hubimos acabado con todos los alcoholes y empezábamos a sentir sus efectos primarios, secundarios y terciarios, decidimos consensuadamente que había llegado el momento de hacernos unos "dansins", y elegimos como destino prioritario el Carpe Diem. Que esta es otra, aún no entiendo cómo pudimos sobrevivir Paula, Nando y yo al Carpe, sobretodo teniendo en cuenta que nos convertimos en unos profesionales del hurto. Copa que avistábamos, copa que nos llevábamos a la arremanguillé, incluso poniendo en peligro nuestra integridad física en más de una ocasión. Después del Carpe le llegó el turno al MiniClub, nuestra segunda residencia... una lástima que no estuviera a la altura de las circuntáncias, ains. Y en un despiste se nos escaparon Jorge y Paula como por arte de mágia (se ve que el Tamariz les enseñó el truco "vamos al baño" de volatirizarse). Y hasta aquí puedo leer. El que quiera saber más, que envíe sms al 7783 con la palabra "MAS" y su signo del horóscopo chino.

Conclusión: Lo que se presagiaba como una salida nocturna liviana, se ha convertido en el preludio de un suspenso anunciado, porque a ver cómo estudio yo ahora para el exámen del martes con el agotamiento fisico-intelectual que llevo encima. Renko dixit

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