miércoles, junio 30, 2004

Sesión en grupo

En los altavoces: Yann Tiersen - Comptine d'un Autre Été

Jamás de los jamases se os ocurra plantearle la siguiente cuestión a un amigo: "Y yo... ¿pensais que necesito un psicólogo?". Nunca! Mai de sa vida! Ni en cachondeo! Fue el gran error que cometió Jorge el otro día en mi propia presencia y en la de Carmen y Sofia. Maldita la hora en que se le ocurrió.

La cosa es que todo empezó por una discusión un poco subidita de tono entre la Wein y mi menda (jo, lo siento Carmen, sabes que te tengo muchísimo aprecio), y claro, al ver Jorge su protagonismo desplazado a un segundo plano, no le quedó más remedio que hacernos esa pregunta para recuperarlo. Así que nos sentamos los cuatro en la mesa redonda, con mi hermana haciendo de jueza arbitral (haciendo gala de su gran experiencia en el tema), y empezamos una larga sesión de psicoanalismo (casi que hubiera preferido una sesión de espiritismo).

Resultados del psicoanálisis:

[censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado censurado].

A la cuarta persona en discordia preferimos no analizarla, más que nada porque ninguno de los presentes se ha sacado todavía (a día 27 de junio) el título de experto en sexología.

Conclusión: somos todos unos desequilibrados, eso sí, unos más que otros.

Y para ayer, entre Jorge y yo ideamos el mejor plan que hemos tenido durante el último lustro: ir al Carrefour a comprar cedeses. Pero si alguien se pensaba que este plan para pasar la tarde era insuperable, quiero decirle que se encuentra en el error. Porque sí, aunque parezca una imposibilidad (o una improbabilidad, a lo sumo), se podía mejorar, y nosotros lo mejoramos. Después de los cd's fuimos a comprar un ventilador de tres velocidades y multidireccional, aunque sin temporizador, a Alcampo.

Lo que también quería contar es que hoy he conocido a Sara, una personita muy especial que me ha alegrado el día un poco de perros que estaba sufriendo más o menos desde que me he levantado esta mañana. Volvía yo del Juzgado Nº8 de lo Penal (no preocuparse, era para recoger unos documentos del trabajo) caminando por Vía Alemania con mi mirada de miope perdida y ensimismado en mis pensamientos, cuando inesperadamente noto un tirón de mi camiseta. Me giro y ahí estaba Sara, detrás mía, con una sonrisa de oreja a oreja y su habitual (imagínome) mirada traviesa. La pobre iba cargada como una mula de pueblo con cuatro bolsas del SYP-EROSKY llenas de botellas de agua y otras cosas de la compra que acababa de hacer, y me pedía por favor si la podía ayudar con las bolsas y acompañarla hasta su casa, que estaba en la siguiente manzana a la izquierda. Por supuesto he accedido a su petición sin pensármelo un segundo y más contento que unas castañuelas y la he aliviado del peso de 3 bolsas abarrotadas de cosas. Casi ni yo podía con ellas, me iba medio arrastrando por el suelo de lo que pesaban. Pobre Sara si hubiera tenido que ir sóla hasta su casa acarreando con todo ese peso en sus débiles y menudos bracitos. De camino a su casa hemos mantenido una entretenida y amena conversación. Hemos estado hablando de nuestras cosas: que ya había terminado el cole y que estaba muy contenta porque ahora podía ir a la playa muchas veces, aunque sus hermanos mayores no quieren ir con ella, pero que le da igual porque sus padres le dejan ir con sus amigas, también de nueve años, igual que mañana, que se irá a pasar el día al Aquacity, y que se piensa tirar de todos los toboganes, porque además ninguno le da miedo. Cuando hemos llegado a su portal me ha agradecido el favor con un besito en la mejilla derecha y he seguido mi camino hacia la oficina pensando en ella, en cómo se les puede ocurrir a sus padres dejar a una niña de nueve años ir a hacer la compra sóla, además habiendo de cruzar por dos pasos de peatones... Y también me he acordado de mi a esa edad, que me iba al nuevo supermercado que acababan de abrir en mi antiguo barrio con mi amigo de infancia Juanmi a ayudar a cargar con las bolsas de la compra a quién se dejase, a cambio de una propinilla para después poder ir a jugar al salón recreativo o comprarnos unas chuches. Éramos unos emprendedores... ains qué tiempos aquéllos...

Pero las anécdotas matinales no se iban a acabar ahí. También he tenido tiempo de demostrar al mundo una vez más que soy poseedor de una gran valentía tan característica de mi en situaciones comprometidas. Estaba yo parado delante de un paso de peatones esperando a que el semáforo se pusiera o pusiese verde para cruzar, cuando de repente suena la bocina de un coche que había parado escasamente a dos metros de mi. A mi el coche no me sonaba de nada, y había un reflejo del sol en el parabrisas que no me dejaba ver quién era el conductor, así que no le hago el más mínimo caso y sigo pensando en mis cosas (que yo cuando estoy en los semáforos me da por pensar mucho) mientras espero a poder cruzar. Y el coche vuelve a pitar. Pero qué pesaos, por Dios! Sin embargo esta vez sí que puedo reconocer a la conductora. Era mi ex, que muy ilusamente intentaba llamar mi atención para saludarme. La misma que cuando me vió en la Feria de abril sólo fue capaz de decirme un triste "hola" y la misma que cuando la vi hace tres semanas en la universidad me giró muy ránciamente la cara. ¿Pero qué se cree ésta?. La pena es que iba en el coche con su sobrina Paulita, de tres años, y a ella sí me apetecía verla... Así que cuando he visto de quién se trataba, me he hecho el loco, he mirado el semáforo y he cruzado. Vale, luego lo he pensado y me ha parecido un poco cobarde, peeeeeeero...

Y no lo he dicho pero por fin las catalanas ya están aquí, toda la tropa, Irenetorti, Magraneta, la Fideu, Mc y Paula (Emma vuelve más tarde). Osea que ya sabeis, id preparando el hígado para el viernes xDDD

Y en unos días vuelven a la isla la Peke y David. Qué ganas!. La putada es por Quim, que este verano se queda en Menorca.

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